Obama se ha proclamado. Pero no hace eco.

Hace menos de una semana que ha sido nombrado presidente y ha dado un importante paso para consolidar su imagen de líder: ha mandado cerrar Guantánamo. Pero la historia de esta base militar que se oculta en Cuba es mucho más siniestra y oculta de lo que cualquier mente creativa podría imaginar. Desde su apertura en el 2002 bajo el mandato de George W. Bush esta base militar ha sido la caja legal de torturas de los personajes 'más siniestros del planeta', claro desde el punto de vista norteamericano. La historia es interminablemente larga y los intentos por cerrarla desde varios puntos del mundo también lo son. Ahora, casi siete años después de que el secretario de gobierno estadounidense firmara un permiso para que se pudiera practicar ciertas formas de 'tortura ligera' en Guantánamo, se ha prometido cerrar este claustro en menos de un año.

Pero, ante la buena noticia que ha hecho virar la cabeza del mundo surgió una pregunta a la que aún ahora nadie a querido responder: ¿A dónde irán los presos de Guantánamo? Nadie lo sabe. Los primeros en dar esquivas respuestas fueron los europeos, a pedido de Obama, pero sus palabras solo causaron mayor confusión:

"Sinceramente, no creo que a nadie le gustaría tener a un detenido de Guantánamo como vecino"

Además, el diplomático de la Unión Europa nos recordó que la rehabilitación y la inserción a la sociedad nunca fue una prioridad dentro de Guantánamo.

"Incluso si nos dicen que no son peligrosos, después de siete años (en Guantánamo), deben estar bastante enfadados".

Tan sólo unas palabras son necesarias para recordarnos que un solo hombre negro no cambiará el mundo y que son los intereses los que hacen girar este mundo circular.