Las últimas declaraciones de Alan García a un medio chileno han reavivado los denominados vientos de guerra que azotan a toda América Latina. Los países involucrados son varios. Chile y Bolivia parecen formar una línea contra Perú, Colombia y Venezuela se lanzaron gritos de guerra.
Estos gritos ya han preocupado a una neutral argentina que, a través de un importante diario como es Clarín, se pregunta por qué Argentina no se arma.
Brasil le acaba de encargar cinco submarinos, incluyendo uno nuclear a Francia, que los construirá en un astillero especial a edificar en el país sudamericano. Venezuela ha adquirido armamento de alto nivel en los últimos dos años incluyendo aviones, helicópteros, lanchas rápidas y decenas de miles de fusiles. También la empobrecida Bolivia se ha sumado a este tren a toda velocidad con un gasto de cien millones de dólares, que si se calcula sobre su PBI seria equivalente a si Argentina liquidara 3.000 millones de dólares en armamentos.
Lo de Brasil es verdad que no nos preocupa (¿debería?) pero lo de Bolivia y Chile nos dice mucho de este panorama latino que tenemos a la vista.
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